
(Ansiedad y depresión en tiempos de coronavirus) La pandemia y el confinamiento pueden alterar el ánimo de cualquiera. El miedo puede apoderarse de nosotros y podemos entrar en un estado de ansiedad y depresión que empeora cualquier situación. Antes de ir al fondo del asunto, me gustaría explicarte de forma sencilla seis trastornos de la ansiedad frecuentes en la actualidad que se manifiestan tanto en la infancia, como en la edad adulta. •Trastorno de la angustia: Repentinamente sientes un temor intenso que surge de manera imprevista y repetida. Te sudan las manos y no puedes respirar bien. •Agorafobia: No quieres salir de tu casa; te provocan miedo o pánico los espacios abiertos, deteriorando así, tu calidad de vida. •Trastorno de ansiedad generalizada: Te sientes preocupado ante cualquier problema del día a día y es un sentimiento que no puedes controlar. Tienes mucho cansancio, problemas de concentración e insomnio. •Trastorno obsesivo- compulsivo: Repites y repites de manera compulsiva algo en tu cabeza respecto a algo que ‘’debes’’ hacer, como, por ejemplo: limpiar excesivamente... o lo que podríamos llamar, ser un poco perfeccionista. •Fobias específicas: Refiere a cuando experimentas un miedo incontrolable por un objeto, o alguna situación en particular. Yo te puedo contar, que conozco muchas mujeres que le tienen miedo a las arañas, -creo que yo también-, o a volar en aviones, a conducir, entre otras. •Trastornos por estrés postraumático: Pasaste por una situación muy difícil, un episodio que marcó tu vida ya sea físico o psicológico y genero un estrés muy intenso. A veces, puedes ir a dormir y por medio de sueños o recuerdos recreas ese momento. La ansiedad tiene aspectos tanto positivos como negativos. En primer lugar, puede avisarnos de algún peligro, y muchas veces, también nos ayuda a poner en marcha algún plan o proyecto. Del mismo modo, puede impulsarnos a resolver problemas, pero cuando resulta produciéndose de manera repetitiva puede deteriorar tu salud mental y física, perjudicando tus relaciones sociales, y posiblemente disminuyendo tu rendimiento. Dios nos equipó con hermosas emociones para reaccionar en diferentes situaciones, solo que las emociones mal manejadas pueden traer muchos problemas y alejarnos de nuestro propósito. En la biblia podemos ver que hasta el señor Jesús tuvo momentos de gran angustia y aflicción cómo se ve en su oración en Getsemaní. También, podemos ver que Pablo experimentó mucha angustia en sus prisiones o pruebas. Así que recuerda: ES NORMAL PASAR POR MOMENTOS DE AFLICCIÓN, NO SOMOS DE PIEDRA NI DE ACERO, SINO DE CARNE Y HUESO. Lo importante de la ansiedad es saber cómo reaccionar frente a ella. La reacción normal de un cristiano, debería ser ir a Dios y por medio de la oración entregarle todas las cargas a Él. La biblia dice echa sobre Jehová tus cargas, y por medio de la oración podemos recibir el regalo de la paz y la sanidad. Quizás piensas que una oración no podrá ayudarte, pero hoy te quiero retar a acostarte todas las noches dejándole a Dios tus cargas… ‘’Señor, quizás todo se ve mal en este momento, pero te entrego esta situación se que tú obraras’’. No hay nada más liberador que adorar y dar gracias a Dios. Cuando no encontremos respuesta a las pruebas, recuerda enfocar tu mirada en Jesús. Pedro caminaba sobre las aguas hacia Jesús; de pronto, dejo de mirar a Jesús y tuvo miedo de las olas, su mirada se enfocó tanto en la tormenta, que empezó a hundirse. Cómo Pedro, muchas veces pasamos por lo mismo, nos enfocamos tanto en las cosas negativas y malas, que nos llenamos de temor, y olvidamos enfocarnos en Jesús. La biblia dice en proverbios 25: 28 “Como viudas invadidas por sus enemigos y sin murallas que la protejan es el hombre que no domina su espíritu”. Esto quiere decir, que cada persona tiene dos opciones: Hundirse en la angustia, miedo y desesperación, o entregar toda carga a Dios en oración. Muchas veces los conflictos, la confusión y las luchas nos hacen perder el control. En ese momento, le podrías estar dando un acceso directo al enemigo de hacerte infeliz a ti, y de paso, a tu familia y a quienes te rodean. Las ciudades en la antigüedad se protegían con muros altos que prevenían cualquier ataque, muchas ciudades eran reconocidas por sus impenetrables muros. Lo mismo pasa cuando sabes dominar tus reacciones e impulsos, hay bases sólidas que no permiten que el enemigo interrumpa tu paz. Te confieso que hay áreas en mi vida que todavía no he aprendido a dominar, y por eso te invito a que unidas le pidamos a Dios que nos enseñe, y sobre todo, que reine el en cada pensamiento y acción.
Es hermoso que expliques cosas que a veces nisiquiera podemos entender o registrar cuando nos pasa. Gracias por ayudarnos a entender sobretodo en este tiempo donde seguramente mucha más gente ha experimentado ansiedad.